SIN ALERGIAS RESPIRANDO CON PILATES

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Con la primavera llegan las alergias. Respirando con Pilates

Llega la primavera y con ella las alergias. Esta reacción del sistema inmunitario ante determinados alérgenos a menudo provoca , entre otras, una respuesta del sistema respiratorio que da lugar a síntomas como tos, estornudos, secrección nasal o incluso dificultad para respirar.

Uno de los numerosos remedios para paliar estos molestos síntomas es aprender a respirar, ya que la respiración profunda nos ayuda a renovar el aire y eliminar toxinas de las vías respiratorias. Además respirar correctamente nos proporciona otros beneficios a nivel cardiaco, digestivo, postural, ademas de mejorar nuestra sensación de cansancio y nuestro estado de ánimo. Para aprender a respirar en función de nuestras necesidades , es necesario conocer los diferentes tipos de respiración.

Llamamos respiración a la acción de introducir aire en los pulmones, inspirar o inhalar, y a la acción de expulsar el aire, espirar o exhalar.
La acción de la respiración se produce gracias a la contracción del diafragma, la biomecánica de la caja torácica y la musculatura que la envuelve. No se produce como solemos pensar cuando el aire entra hace mover los músculos, sino al contrario, gracias al trabajo de la musculatura del tórax es posible la entrada de aire, mientras que la espiración normal es un fenómeno pasivo de retorno del tórax sobre si mismo.
Ambos (inspiración y espiración) son movimientos involuntarios, no obstante se pueden controlar y reeducar cuando por algún motivo la biomecánica normal está alterada. Lo mejor es la expansión tridimensional del diafragma y la caja torácica, permitiendo al tórax y a la columna vertebral su movimiento natural, lo que regula las presiones internas.

Según la movilidad del tórax y los músculos implicados, diferenciamos los siguientes tipos de respiraciones:
Respiración normal o mixta: también conocida como abdómino-torácica, donde al inspirar se elevan por igual abdomen y tórax, interviniendo la musculatura intercostal externa, supracostales y sobre todo el diafragma. Es la que debería darse de forma natural.
Respiración accesoria o esterno-clavicular: entra en acción durante movimientos anormalmente amplios y potentes, pero también es la más frecuente en patologías respiratorias, fatiga física o psíquica. Aquí el movimiento eleva el esternón y las clavículas, subiendo el pecho al cuello por acción de los esternocleidomastoideos, escalenos, pectorales, etc., creando mucha tensión y perjudicando en las zonas cervical, ventral, costal y el diafragma.
Respiración abdominal: únicamente se mueve el abdomen (sacando tripa).En éste caso el diafragma sólo desciende. Suele producirse por debilidad abdominal y sólo la aconsejamos para relajación y elastificación de la musculatura abdominal tras un duro trabajo (sobre todo del transverso). Cuando éste tipo de respiración se produce por debilidad abdominal va acompañado de acortamiento de la musculatura lumbar, con aumento de la lordosis fisiológica.
Respiración costal: la que dirige el movimiento a las costillas sin que lo haga el abdomen. Existen 3 tipos:
1. Anterior o anterolateral: las costillas y el esternón se elevan (sin implicar a la clavícula como la resp. accesoria), trabajando la musculatura costal y el diafragma anteriormente.
2. Lateral: el movimiento de las costillas se dirige hacia los lados, acompañado de una ligera movilidad anterior y posterior. El diafragma se mueve ensanchando especialmente el diámetro transversal.
3. Posterior o posterolateral: el movimiento se centra en la región posterior y lateral de las costillas, trabajando la musculatura costal en general y sobre todo posteriormente. El diafragma se mueve en los tres planos, especialmente a nivel transversal posterior.

En Pilates trabajamos la respiración costal lateral posterior, ofreciendo, durante la inspiración, un movimiento tridimensional al diafragma donde ni el suelo pélvico ni el abdomen soporten una excesiva presión intraabdominal, además de movilizar la región costal. Durante la espiración, el correcto descenso de la caja torácica alivia la tensión dorso-cervical. Con Pilates nos aseguramos un aumento de la capacidad torácica y pulmonar favoreciendo el  funcionamiento del aparato respiratorio y con ello una mejora de los síntomas de la alergia.
Esta respiración está aconsejada no sólo en Pilates, se puede desarrollar en cualquier otra técnica de reeducación postural y del movimiento, así como en la rehabilitación, equilibrando las presiones internas a la vez que devuelves movilidad natural a las costillas, consiguiendo una mayor capacidad pulmonar y alineamiento postural.

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